En entradas anteriores mencionaba, a través de la biografía de Bühler, la importancia del lenguaje y como los niños aprendían a hablar. Según Vigotski, el lenguaje se adquiere mediante la interacción con el adulto, esto es un aprendizaje social. Basándome en esto considero que los cuentos que se les narran a los niños desde muy pequeños son una excelente fuente de aprendizaje para la adquisición del lenguaje pues no solo aprenden la lengua sino también el lenguaje no oral: expresividad, etc.
Según la Wikipedia un cuento es: una narración breve de carácter ficcional protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un argumento secillo.
El cuento se compone de tres partes:
- Introducción,
- Desarrollo o Nudo,
- Desenlace.
Los cuentos pueden ser más o menos elaborados en función de la edad de los niños a los cuales queramos contárselo. A continuación propongo una lista de ´pautas que deberían tenerse en cuenta a la hora de adaptar un cuento dependiendo de la edad:
El cuento es una gran herramienta en sí misma, no es necesario esperar a que el niño tenga un gran dominio del lenguaje para esperar a contarle cuentos.
Los cuentos sencillos y manejables, a base de imágenes sencillas y atractivas son ideales para los pequeños que aún no saben leer. Estos cuentos “sencillos” sirven para que el pequeño conozca su realidad mas próxima, fomenten su actitud ante la escucha... Los cuentos se irán complicando mas y mas al introducir mas texto y al reducir la significabilidad de las imágenes.
Existen elementos comunes en los cuentos independientemente de la edad de los pequeños : Un cuento con imágenes muy coloristas, vivas ,brillantes y variadas, nos encantaría a cualquiera. (Ejs. de todo lo contrario “ Nadie me ve” o el de “Comemiedos”) Pero no podemos olvidar que estas imágenes tienen que guardar un estrecha relación con el texto al que acompaña, no debe ser algo independiente.
A los 3 años, las historias deben ser sencillas, claras en cuanto a la idea y el lenguaje empleado. La acción debe ser lineal y no demasiado larga, ya que la capacidad de atención no está desarrollada a esta edad. (Importante que no haya un nº excesivo de personajes).
A los 4 años aparece una fantasía desbordante que debe tener un reflejo en los cuentos. Los cuentos apropiados para esta edad son los que intervienen personajes fantásticos, objetos extraños que hablan y se mueven, países maravillosos o ciudades encantadas.
En cambio, a los 5 años parece que el niño prefiere personajes y situaciones más reales. Le gustan los protagonistas que son niños como él, con los que puede identificarse. Es un buen momento para introducir valores morales en las narraciones, precisamente gracias a esta identificación. Les encantan los libros que responden a sus porqués.
En las historias para los más pequeños/as, la linealidad es importante y no acumular demasiados personajes o detalles, ya que puede ser fatales en los más pequeñajos. El interés se centra en la interpretación de las voces, gestos y elementos característicos y “tics” de cada personaje.
A partir de los 8 años los libros de aventuras con detectives incluidos les encantan. Historias de la vida real en donde queda reflejado su entorno mas próximo: familia, amigos, conflictos personales pueden ser utilizadas para trabajar ciertos valores ( empatía, aceptación de la diferencia...)
Desde los 12 años nos debemos centrar en las novelas realistas que traten temas como el primer amor, los conflictos personales, novelas que reflejan realidades de su entorno social y que pueden ser “utilizadas” para trabajar la interculturalidad, la convivencia, la no violencia. Lo misterioso y deconocido les fascina.
A lo largo de la historia han sido muchos los autores que se han dedicado a escribir cuentos para niños: los hermanos Grimm, C.S.Lewis, Charles Perrault, etc.
Los cuentos sencillos y manejables, a base de imágenes sencillas y atractivas son ideales para los pequeños que aún no saben leer. Estos cuentos “sencillos” sirven para que el pequeño conozca su realidad mas próxima, fomenten su actitud ante la escucha... Los cuentos se irán complicando mas y mas al introducir mas texto y al reducir la significabilidad de las imágenes.
Existen elementos comunes en los cuentos independientemente de la edad de los pequeños : Un cuento con imágenes muy coloristas, vivas ,brillantes y variadas, nos encantaría a cualquiera. (Ejs. de todo lo contrario “ Nadie me ve” o el de “Comemiedos”) Pero no podemos olvidar que estas imágenes tienen que guardar un estrecha relación con el texto al que acompaña, no debe ser algo independiente.
A los 3 años, las historias deben ser sencillas, claras en cuanto a la idea y el lenguaje empleado. La acción debe ser lineal y no demasiado larga, ya que la capacidad de atención no está desarrollada a esta edad. (Importante que no haya un nº excesivo de personajes).
A los 4 años aparece una fantasía desbordante que debe tener un reflejo en los cuentos. Los cuentos apropiados para esta edad son los que intervienen personajes fantásticos, objetos extraños que hablan y se mueven, países maravillosos o ciudades encantadas.
En cambio, a los 5 años parece que el niño prefiere personajes y situaciones más reales. Le gustan los protagonistas que son niños como él, con los que puede identificarse. Es un buen momento para introducir valores morales en las narraciones, precisamente gracias a esta identificación. Les encantan los libros que responden a sus porqués.
En las historias para los más pequeños/as, la linealidad es importante y no acumular demasiados personajes o detalles, ya que puede ser fatales en los más pequeñajos. El interés se centra en la interpretación de las voces, gestos y elementos característicos y “tics” de cada personaje.
A partir de los 8 años los libros de aventuras con detectives incluidos les encantan. Historias de la vida real en donde queda reflejado su entorno mas próximo: familia, amigos, conflictos personales pueden ser utilizadas para trabajar ciertos valores ( empatía, aceptación de la diferencia...)
Desde los 12 años nos debemos centrar en las novelas realistas que traten temas como el primer amor, los conflictos personales, novelas que reflejan realidades de su entorno social y que pueden ser “utilizadas” para trabajar la interculturalidad, la convivencia, la no violencia. Lo misterioso y deconocido les fascina.
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